2/5/17

La razón de nuestra revista

Autor:
Deguer C.
Título:
La razón de nuestra revista
Fuente:
Rev. Asoc. Med. Bahía Blanca; 26(2):34-35, abr-jun. 2016.
Idioma:
Es.
Texto:
La crítica y el ensayo son la esencia de nuestro trabajo. Ello significa que la ciencia es una actividad fundamentalmente social, lo que implica que depende de una buena comunicación. Al practicar la ciencia tenemos conciencia de ello, y esa es la razón de que nuestras revistas tengan razón al insistir en la claridad y la inteligibilidad. . .HERMANN BONDI
El primer escrito médico de la historia humana que se conserva es el papiro quirúrgico de Edwin Smith, elaborado por un cirujano egipcio que bien pudiera ser Imhotep, fundador de la medicina egipcia en el siglo XVII AC, hace más de 3700 años, mide unos 4.68 metros de largo por 33 cm.de ancho, escrito con vocabulario y gramática arcaica. El papiro muestra los primeros cálculos escritos sobre cirugía traumática, diagnóstico, tratamiento y pronóstico sobre 48 casos de heridas de guerra, suturas craneales, la anatomía cerebral, vascular, vísceras abdominales, discute sobre las meninges, médula espinal y el líquido céfalo-raquídeo.
Desde esa época hasta nuestros días el valor de la redacción científica se sostiene y perfecciona constantemente (1). Day  R. (2005), define el artículo científico como un informe escrito y publicado que describe resultados originales de investigación, escrito y publicado de cierta forma, definida por la tradición, la práctica editorial, la ética científica y la influencia de los procedimientos de impresión y publicación.
El objetivo de la investigación científica es la publicación. Los hombres y mujeres de ciencia, cuando comienzan como estudiantes graduados, no son juzgados principalmente por su habilidad en los trabajos de laboratorio, ni por su conocimiento innato de temas científicos amplios o restringidos, ni, desde luego, por su ingenio o su encanto personal; se los juzga y se los conoce (o no se los conoce) por sus publicaciones.
Un experimento científico, por espectaculares que sean sus resultados, no termina hasta que esos resultados se publican. De hecho, la piedra angular de la filosofía de la ciencia se basa en la premisa fundamental de que las investigaciones originales tienen que publicarse; solo así pueden verificarse los nuevos contenidos científicos y añadirse luego a la base de datos que llamamos precisamente conocimientos científicos.
El investigador científico quizá sea el único, entre todos los que desempeñan un oficio o profesión, que está obligado a presentar un informe escrito de lo que hizo, por qué lo hizo, cómo lo hizo y lo que aprendió al hacerlo. La palabra clave es reproducibilidad.
Eso es lo que singulariza a la ciencia y a la redacción científica, desde el punto de vista de aspectos concretos, pensemos  en las novedades. Las revistas electrónicas existen ya. The Online Journal of Current Clinical Trials, que inició su publicación en 1992, es al parecer un éxito. Así pues, las revistas tradicionales no son ya el único destino de los estudios científicos. Revisar el editorial anterior escrito por Ana Espinosa (3) .
Esto contrasta con la tendencia que relaciona la investigación como algo sutilmente extraño o complementario a la actividad académica. Tal vez porque en muchas instituciones de educación superior se ha centrado la atención en dar clases y no en investigar. Y esta es una trampa en la que muchos hemos caído, pensar que es mejor, por barato, reproducir que producir. Hay un gran atraso en el valor de la información y de la comunicación. En esta era de intangibles se sigue midiendo por horas clase o facturación y poco importa el sentido de la investigación.
La investigación alimenta a la enseñanza y nos lanza al mundo universal, abre la mente, promueve el entendimiento y la comprensión del mundo, la sociedad y el hombre; discute el sentido de las cosas y ayuda a resolver problemas.
Algunos artículos pueden reportar grandes descubrimientos, mientras que otros nos ofrecen humildes contribuciones no menos importantes. Unos pueden tratar asuntos concretos experimentales y otros nos pueden ofrecer debates sobre ideas de fronteras del saber.
Lo que parece estar claro hoy es la importancia de publicar bajo el paradigma de la cultura del artículo científico. Existen múltiples factores: brevedad, concisión, rapidez, globalización, alcance sobre comunidades específicas. En fin, visibilidad e impacto.
Pero cultura de la producción científica bajo el esquema de artículos es sobre todo un arte, una actividad altamente compleja y diversa, creativa y sistematizada, que está llena de sueños e ilusiones, paradojas e incertidumbres, sencillez y complejidad, que no tiene horario, ni relación sindical y que está impregnada de un alto sentido vocacional y de perseverancia. Resaltamos las tres Ts: Trabajo de cultura científica para el cultivo permanente, Trabajo de investigación competente orientado a resultados, y Trabajo de Comunicación para existir.
Las reglas de juego de Rojas (4) siguen estando vigentes, ya las hemos reproducido e insistimos en su importancia:
1) Publicas o pereces; 2) No te pagarán ya por reproducir conocimiento, sino por productos de investigación, como son artículos; 3) Hay que aprender urgentemente a producir y colocar los artículos que antes no sabíamos hacer; 4) hay que aprender a establecer nuevos join-venture entre los equipos; 5) investigadores y seguidores deben aprender a ser cooperativos intra-departamentales para ser competitivos a nivel institucional; 6) hay que desarrollar una nueva inteligencia informacional y comunicacional para sobrevivir en esta sociedad global de la información y la comunicación; 7) hay que recuperar el valor de lo humano y de la persona como el sentido fundamental que orienta la actividad de investigación.
Palabras Claves:
Editorial
Key Words: