Autor:
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Carlos Deguer
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Título:
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La Profesión Médica
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Fuente:
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Idioma:
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Es.
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Texto:
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Cuando uno quiere ver
hacia delante debe analizar los cambios producidos en la organización de los
servicios profesionales procurando definir tendencias futuras.
Ya no podemos en este
siglo analizar los cambios desde un punto de vista médico hegemónico. Tiene
mucha importancia la mirada desde la sociología y la economía.
Existen, dos esferas
significativas donde hay un registro de cambios. La primera, se vincula a las
concepciones de salud /enfermedad/atención médica, la segunda, a las formas
de organización y financiamiento de servicios de atención médica y al trabajo
profesional en los mismos,
Las dos esferas así
especificadas formaron parte del campo de intervención de la medicina a lo
largo de la mayor parte del siglo XX. La profesión construyó su jurisdicción
simultáneamente sobre ambas áreas. Los profesionales en general han cambiado
la definición y forma de los problemas que son sometidos a su pericia, y el
consiguiente poder de crear una realidad social nueva. Esta peculiar
capacidad normativa ha sido interpretada por algunos como fundamento del
orden social y cuestionada seriamente por otros. A esto remite el modelo en
la primera mitad del siglo veinte, de plena vigencia de la confianza social
en la capacidad de la profesión médica para construir formas de intervención
eficaz sobre problemas sociales relevantes.
A partir de los 60
comenzó a gestarse una perspectiva crítica contenida fundamentalmente en los
enfoques de medicalización e imperialismo médico y que más tarde se expresa
en la pérdida de control de la medicina sobre del discurso de la salud. Los
vínculos que la epidemiología establece entre las conductas individuales y el
proceso de salud-enfermedad, la filosofía subyacente a los movimientos de
autoayuda, el crecimiento de los movimientos ecologistas, todo indica nuevos
cambios en el concepto de salud-enfermedad que dejaron de ser responsabilidad
primaria de la profesión médica.
Según Rudolf Klein la
mayor parte del siglo XX debe ser caracterizada como un periodo donde los
problemas sociales han sido medicalizados de manera creciente, podría
afirmarse que en la década del ochenta, los problemas médicos han sido
redefinidos como sociales. Los límites de la medicina estarían siendo
acotados en la medida en que se coloca un énfasis creciente en factores
sociales, económicos y de conducta. Existiría un creciente reconocimiento de
que la mayoría de los factores que determinan la salud, al menos cuando es
medida a partir de la expectativa de vida,
están fuera del control de la profesión médica.
También en estas
pulsiones debemos citar a Donald Light (1993) quien afirma “La soberanía de
la medicina se expande a través de avances en farmacología, genética,
biología molecular, e instrumentos diagnósticos que descubren más y más
patologías antes desconocidas. Aunque
la cronicidad es el residuo de la cura y la creciente proporción de problemas
insolubles está proporcionando una nueva legitimidad a las formas de cuidado,
atención y terapia no médicas, ningún otro miembro de la práctica sobre la
enfermedad tiene una base de conocimiento y destrezas que se expanda tan
rápidamente como la del médico”.
Igualmente
significativos han sido los cambios en la organización médica y en la
capacidad de los profesionales médicos de controlar el contenido y las
condiciones de realización de su trabajo.
Dentro de las
explicaciones sobre lo que nos ha sucedido y lo que vendrá, una de las
principales referentes de la hipótesis de desprofesionalización es Marie Haug
(1972). Esta tesis se afirma en la
transformación de las relaciones de los profesionales y su clientela, y dice
que los profesionales han perdido una parte significativa de la confianza
otorgada por la gente a su capacidad de hacerse cargo de los problemas
sometidos a su jurisdicción. El segundo rasgo, es la creciente apropiación de conocimiento
vinculado a la medicina por parte de la población en general, se estaría
cerrando paulatinamente la brecha de conocimiento (knowledge gap) en la que
se basara tradicionalmente la autoridad de los profesionales y la obediencia
reclamada al paciente como garantía de efectividad del tratamiento.
La hipótesis de
proletarización fue sostenida por John McKinlay and Arches (1985), quien la
construye sobre una perspectiva marxista enfatizando la tendencia que
afectaría a la totalidad de los trabajadores en las sociedades capitalistas a
la expropiación del control de su trabajo. Este argumento se basa en procesos
verificados en EE.UU. a partir del desarrollo empresario y la burocratización
de la medicina que habrían resultado en la eliminación de la posibilidad del
autoempleo y consiguiente autonomía de los médicos.
También existen otras
hipótesis como la de la dominancia profesional antagonista de las dos
hipótesis anteriores que rechaza cualquier capacidad predictiva en un campo
tan complejo y surcado por innovaciones que apuntaría a tendencias
relativamente contrapuestas. Eliot Freidson (1985), su defensor sostiene que los miembros de
profesiones contemporáneas no constituirían un agregado homogéneo, por el
contrario estarían diferenciados por especialidades, por circunstancias de
prácticas diferentes, por sus roles como practicantes de base, profesores
investigadores, y gerentes y por su relativa preeminencia como líderes
culturales políticos e intelectuales tanto en el interior de la profesión
como en el mundo lego.
Gran cantidad de
autores sostienen que la historia de las profesiones no ha permitido
construir leyes de desarrollo. Lo imprevisible parece haber sido la regla en
las situaciones de crisis.
Hay una perspectiva
con quien coincidimos y es la de Rudolf Klein ya que enfatiza las variables
asociadas al sistema político, abriendo de ese modo un enfoque cercano a las
perspectivas institucionalistas. Construye su argumento afirmando que los
estudios enfocados sobre diferentes países sugieren que las variables políticas
tienen importancia considerable para explicar el rol de la profesión médica
en las decisiones sobre la política de atención de salud. La evidencia
disponible a nivel internacional pareciera señalar una creciente afirmación
del poder del estado en un período de aumento de los costos de atención
médica y capacidad de financiamiento disminuida.
Es posible considerar
la emergencia de un paradigma muy diferente al modelo biomédico dominante. Se
estaría gestando un desafío a la distribución de recursos existente en el
interior de los sistemas de atención médica, amenazando en particular la
jerarquía de prestigio entre las especialidades médicas. Por ejemplo los
“general practitioners” con responsabilidades sobre la administración de un
presupuesto en el Reino Unido es paradigmático. La creciente feminización de
la profesión está cambiando las formas laborales.
Otro desafío al poder
de la profesión radicaría en los términos de Rudolf Klein en que el paradigma
médico se encuentra bajo la amenaza del paradigma económico. Se requiere
demostrar eficiencia y efectividad. Para reflexionar, verdad?
Bibliografía
1. Light Donald
W. The Changing
Medical Profession: An International Perspective, 1993; Pp. 69-80 . Edited by
F. W. Hafferty and J. B. McKinlay. New York: Oxford University Press.
2.
Haug.Marie R. 1972 Deprofessionalization: an alternate hypothesis for the
future. Article first published online: MAY 2014. DOI:
10.1111/j.1467-954X.1972.tb03217.x
3.
McKinlay John and Arches Joan. Towards the Proletarianization of Physicians.
Int. J. Health Services 1985;15:161-195.
4.
Freidson, Eliot. The reorganization of the Medical Profession. Medical Care Review
1985; 42:11-35.
5. Belmartino Susana..
Nuevas reglas de juego para la atención médica en la Argentina. ¿Quién será el
árbitro. Lugar editorial, Buenos Aires,. 1999. ISBN: 950-892-079-3
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